Los DERECHOS HUMANOS se GARANTIZAN NO se NEGOCIAN
La falta de conciencia negocia los Derechos Humanos
En principio debemos comprender que los Derechos Humanos no representan ni a un partido político ni a un gobierno y, que la falta de garantía de ellos siempre está ligado a la corrupción de un partido político y de sus gobiernos.
Argentina tiene un déficit histórico en materia de Derechos Humanos, más allá de avances significativos en, por ejemplo, los juicios por abusos del pasado y de delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura cívico-militar; o el reconocimiento a la protección de derechos al movimiento LGBT.
Sin embargo, la dependencia judicial implica que están en jaque los Derechos Humanos y son vulnerables sus garantías.
La impunidad del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) también constituye una deuda de Argentina en materia de defensa de los Derechos Humanos. La negación al reconocimiento a todos los miembros de las Fuerzas Armadas destinados al Teatro de operaciones del Atlántico Sur (TOAS) en la Guerra de Malvinas. El aumento de hambre en la sociedad profundizado por la incapacidad de los administradores del Estado toda vez que desde las decisiones de sus políticas públicas acrecientan la pobreza y la indigencia. El abuso policial y la violencia de las fuerzas de seguri-dad, actos que se encubren desde las instituciones. La persecución a quienes expresan sus opiniones contra algún representante o funcionarios de alguno de los poderes del Estado. La ausencia de representación estatal en los pueblos originarios. La incapacidad del Estado para frenar la trata de personas, la desaparición forzada de personas y el aumento desenfrenado del narcotráfico.
Los Derechos Humanos son políticas de Estado teniendo el deber de respetarlos, promoverlos, protegerlos y garantizarlos. La falta de conciencia de este deber se refleja antes de ocupar un cargo en la función pública,con propuestas políticas a la sociedad al prometer en campañas por medio de besos y abrazos a los sectores más vulnerables techo, comida, salud y educación cuando éstos deben estar obligatoriamente garantizados a todos ya que son Derechos Humanos inherentes, inalienables y universales a todo ser humano y NEGOCIABLES, y no dependen de la arrogante "bondad" de un político o partido políti-co, formalizandoasí un engaño remunerativo en contra de los sectores más castigados por la corrupción.
Debe existir un cambio de paradigma consciente y así, comprometido honestamente en reafirmar el primer principio del hito histórico del acuerdo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana..."